domingo, 19 de diciembre de 2010

LOS PADRES TENDRÁN QUE PAGAR LAS COSTAS JUDICIALES POR EL ATROPELLO DE SU HIJO.

Juan Ramón se lamentaba de que le consideraran culpable cuando él "no hizo nada". Su padre, con el mismo nombre que su primogénito, reconoce que escucharle decir eso fue "muy duro". Su hijo tenía 16 años cuando falleció el pasado 31 de mayo, tras luchar durante cuatro años y medio contra una leucemia.

La enfermedad le fue diagnosticada algo más de un año después de ser atropellado con su bicicleta cuando circulaba por la localidad gaditana de Tarifa. La Justicia considera que el conductor que se lo llevó por delante no tuvo responsabilidad alguna y ahora, con su hijo ya fallecido, les exige a sus padres el pago de las costas judiciales.

Sin recursos y sin propiedades, Juan Ramón Martín e Isabel Hoyos deben hacer frente a unos pagos que podrían superar los 18.000 euros, a la espera de que los abogados de ambas partes concreten sus honorarios.

Para Juan Ramón, algo "no se ha hecho bien". Considera que "alguien ha cometido alguna negligencia porque durante el juicio no se tuvieron en cuenta declaraciones de testigos que eximían de responsabilidad a mi hijo". El accidente en la calle Mar Egeo de Tarifa les cambió la vida para siempre, y para el pequeño Juan Ramón, que entonces tenía 11 años, comenzó un calvario. Primero, para curar sus heridas por el atropello y luego, para hacer frente a una enfermedad a la que no pudo vencer.

Los hechos

El atropello tuvo lugar el 11 de agosto de 2004. El atestado policial del accidente y las declaraciones del menor, a los que ha tenido acceso ELMUNDO.es de Andalucía, dejan claro que la calle en la que se produjo tenía buena visibilidad, pese a estar en cuesta, que había anchura suficiente, ya que la vía es de doble sentido, y que cuando Juan Ramón, que conducía su bicicleta, fue golpeado por el vehículo ya estaba en medio de la calzada, casi en el otro carril.

El conductor del turismo aseguró que el niño salió de sorpresa entre dos vehículos aparcados -en cordón, según el parte de la perito- y que no le dio tiempo a reaccionar. La Policía Local, en un croquis adjuntado al atestado, recoge que el golpe se produjo en medio de la calzada, como prueba, además, que el coche implicado sufrió daños en la parte derecha, con la rotura del parabrisas delantero y con golpes en el lateral del lado del conductor.

Pruebas favorables a la familia

Los testigos aseguraron en sus declaraciones, que se recogen en la instrucción policial, que el niño salió despedido hacia atrás, por encima del parabrisas y el techo hasta caer por la parte trasera del turismo. En los documentos se incluye también la declaración de una testigo que iba en el asiento trasero del coche, que reconoció que no vio al niño, que sintió un golpe y que pararon. Preguntada si el conductor frenó antes del golpe, contestó "creo que no".

Los padres de Juan Ramón basaron su acusación en estos detalles, además de "un posible exceso de velocidad del conductor, una distracción... porque no frenó". El informe pericial, de hecho, recoge que no había señales de frenada en el suelo.

El menor fue trasladado por el propio conductor a un centro de salud. Allí le curaron las heridas que había sufrido, especialmente en la cara y la cabeza. Juan Ramón tuvo que sufrir la reconstrucción de uno de los labios, con casi 30 puntos de sutura, además de estar convaleciente casi el resto del verano con un brazo roto y medio cuerpo "hinchado".

Siempre dijo, y así lo recoge su declaración en presencia de su madre, que miró antes de cruzar y que "no venía nada", pero un turismo apareció antes de que terminara de pasar al otro lado de la calle.

Declaraciones 'no oficiales'

Un año después, a Juan Ramón, el mayor de tres hermanos, le diagnosticaron leucemia. Durante cuatro años fue sometido a tres trasplantes, pero no fue suficiente para salvar la vida, pese a que "hicieron todo lo que pudieron", se consuela su padre. Juan Ramón ha declarado que algunos médicos "me reconocieron que los golpes que sufrió en el accidente pudieron haberle desplazado la médula, pero ninguno lo ha puesto en un informe".

Cuatro meses antes de fallecer su hijo, su abogado les notificó a Juan Ramón e Isabel que tenían que hacer frente a las costas judiciales tras haber perdido el primer juicio, en la sala de Instrucción número 3 de Algeciras, y ser desestimado posteriormente su recurso por la Audiencia Provincial de Cádiz.

Un coste inasumible

Sólo la procuradora nombrada por la aseguradora del vehículo implicado en el atropello les reclama 9.660 euros, además de posteriores intereses hasta que se haga efectivo el pago, y 2.800 euros más que "pudieran ser precisos para intereses legales y costas de la ejecución". Su abogado, de un bufete de Algeciras, les reclama más de 6.000 euros, "aunque puede que ahora lo baje un poco", apunta Juan Ramón, aunque a este importe habría que sumar el pago a su procuradora, de la que todavía no tienen la factura.

Este matrimonio de Tarifa, sin trabajo, sin ingresos y que reside en una vivienda protegida en concepto de alquiler no tiene muy claro qué es lo que hizo mal. "Nos dejamos asesorar y seguir los pasos que nos dijeron. Nunca nos habíamos encontrado en una situación similar y uno no sabe cómo actuar", reconoce Juan Ramón. Considera que "no se ha hecho justicia" con su hijo, que murió pensando que era culpable.

FUENTE:  EL MUNDO

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