D. G. M. explicó ayer en la sección algecireña de la Audiencia Provincial que las 40 papelinas de cocaína que portaba en el interior de su vehículo era un acopio para su consumo en los siguientes días, en los que iba a estar de vacaciones en la zona costera de Zahara de los Atunes. Junto a él iba A. S. P. El ministerio fiscal sostuvo que la intención de ambos era vender la droga a terceros. Por los delitos contra la salud pública les pide 4 años y 6 meses de prisión.
Las detenciones tuvieron lugar el 21 de julio de 2009 cuando agentes de la Guardia Civil del puesto de Torreplata en Atlanterra establecieron un control y advirtieron que un vehículo hizo una maniobra extraña. Estacionó más adelante y fue cuando los agentes descubrieron que en el interior del vehículo había hachís, cocaína y pastillas. D. G. se declaró ayer un consumidor habitual y aclaró que había comprado esos 40 envoltorios en Cáceres, de donde procedían, porque tenía previsto salir todos los días de sus vacaciones. Negó que fuera a vender.
A. S. P. admitió que portaba en una bolsa 3 bellotas de hachís, sustancia que consumía desde unos 10 años. Trató de deshacerse del paquete cuando se acercaron los guardias civiles. "Cada uno nos hicimos cargo de lo suyo", especificó luego. Reconoció que su amigo llevaba cocaína, "pero no tal cantidad".
Uno de los funcionarios de la Benemérita que intervino relató que se organizó aquel dispositivo de control para vehículos y personas porque días después se iba a celebrar un concierto y que la cocaína se halló en una guantera cercana a la caja de cambios.
El ministerio fiscal consideró en sus conclusiones que, a pesar de que no se hayan visto actos de venta, la droga iba destinada al tráfico. Lo argumentó porque entendió que la cantidad de droga excedía del consumo propio y por la manera de distribución.
La defensa de A. S. P. recordó que no había pruebas de tráfico y que su cliente sólo portaba 3 bellotas de hachís, mientras que la abogada de D. G. M. habló de que había muy poca cocaína pura en los 32 gramos aprehendidos en el automóvil.
Las detenciones tuvieron lugar el 21 de julio de 2009 cuando agentes de la Guardia Civil del puesto de Torreplata en Atlanterra establecieron un control y advirtieron que un vehículo hizo una maniobra extraña. Estacionó más adelante y fue cuando los agentes descubrieron que en el interior del vehículo había hachís, cocaína y pastillas. D. G. se declaró ayer un consumidor habitual y aclaró que había comprado esos 40 envoltorios en Cáceres, de donde procedían, porque tenía previsto salir todos los días de sus vacaciones. Negó que fuera a vender.
A. S. P. admitió que portaba en una bolsa 3 bellotas de hachís, sustancia que consumía desde unos 10 años. Trató de deshacerse del paquete cuando se acercaron los guardias civiles. "Cada uno nos hicimos cargo de lo suyo", especificó luego. Reconoció que su amigo llevaba cocaína, "pero no tal cantidad".
Uno de los funcionarios de la Benemérita que intervino relató que se organizó aquel dispositivo de control para vehículos y personas porque días después se iba a celebrar un concierto y que la cocaína se halló en una guantera cercana a la caja de cambios.
El ministerio fiscal consideró en sus conclusiones que, a pesar de que no se hayan visto actos de venta, la droga iba destinada al tráfico. Lo argumentó porque entendió que la cantidad de droga excedía del consumo propio y por la manera de distribución.
La defensa de A. S. P. recordó que no había pruebas de tráfico y que su cliente sólo portaba 3 bellotas de hachís, mientras que la abogada de D. G. M. habló de que había muy poca cocaína pura en los 32 gramos aprehendidos en el automóvil.
FUENTE: EUROPA SUR
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